En 1998 Peter Zumthor concluyó la construcción de la pequeña capilla de Sogn Benedetg. El Edificio venía a sustituir la iglesia barroca, construida en el pueblo suizo de Sumvitg que había sido destruida por una avalancha de nieve. La iglesia original sabía del riesgo al que se exponía por lo que uno de sus contrafuertes se había especializado en forma de proa para contrarrestar la fuerza de la caída de la nieve. Un aparcamiento de nueva construcción sirvió de tobogán artificial a la nieve acumulada y todo fue inútil. La nueva capilla adopta una forma que recuerda el vértice apuntado de la original. Zumthor construye la forma a partir de una lemniskata y se vale por tanto de la función matemática para resolver la geometría de la planta y la contundente volumetría. El volumen se presenta en la ladera con un revestimiento continuo en el que la puerta aparece como un elemento añadido, tanto al exterior, como desde el interior donde dos pilares cortan el umbral de acceso anteponiendo la estática estructural al detalle particular del acceso. Pero además Peter Zumthor cuenta con un poderoso aliado para construir el edificio, el tiempo. El revestimiento de pequeñas tiras de alerce no tiene ningún tratamiento, por lo que está expuesto con crudeza al clima de las montañas suizas. La oxidación natural de la madera y el paso del tiempo han ido tiñendo de marrones oxidados y de colores plateados toda la superficie pero de manera irregular. La oxidación depende de los rayos ultravioletas, de los vientos dominantes y de la zona más expuesta a la lluvia por lo que el tiempo, lento pero imparable constructor, ha ido esculpiendo una variedad de tonos que enriquecen la superficie del edificio, en función de la orientación. Si el norte esta más expuesto al viento y la lluvia, el sur lo esta a la erosión que provoca sobre la madera el sol. Así el envejecimiento ha ido creando una pátina en la envolvente que realza la forma de la capilla, su lado curvo queda matizado por la gradación de tono que adquieren allí las tejuelas de alerce matizando cada generatriz de la curva. En el lado opuesto, sobre la arista se encuentran de forma radical las dos orientaciones opuestas dejando allí en el contraste entre las piezas más y menos deterioradas el tiempo transcurrido y poniendo de manifiesto que el tiempo es quizás el mejor de los...
Read MoreFrank Gehry diseñó y remodeló en el año 1978 un viejo bungalow de 2 pisos y 60 años de antigüedad en California, para adaptarlo como su casa familiar. Gehry tenía unos 40 años, se había divorciado de su primera mujer, y acaba de arrancar con su propio estudio de arquitectura. Vivía en un pequeño apartamento con su nueva esposa, Berta, y su hijo, Alejandro. Cuando Berta se quedó embarazada de Sam, los Gehry decidieron que necesitaban una nueva vivienda. «Le dije a Berta que no tenía tiempo para encontrar una nueva casa. Nos gustaba Santa Mónica. El agente inmobiliario encontró este bungalow de color rosa en una esquina, que en ese momento, era la única casa de dos pisos en el barrio. Podríamos haber vivido en lo que era. La parte de arriba era lo suficientemente grande para nuestro dormitorio y un cuarto para el bebé. Pero se necesitaba una nueva cocina y el comedor era tan pequeño como un armario.» Contrariamente a la creencia popular de que el diseño fue aleatorio y planeado durante la marcha de los trabajos de construcción, la reforma fue totalmente planeada y detallada por adelantado. No obstante, la impresión material y formal que la casa sugiere en primera instancia es la de una obra aún en construcción, como si la casa estuviera sin terminar. La casa original es reducida a su marco esencial, gran parte de las paredes interiores fueron eliminadas. Una crujía completamente nueva, envuelve las fachadas noreste y noroeste del edificio original. La cocina se encuentra en esta nueva banda al oeste con suelo sencillo de asfalto, mientras que la sala de estar es en el centro de la casa original ahora separado de la fachada, por la cocina. Un marco de cristal angulado, construido con montantes de madera crea una gran ventana sobre la cocina, de modo que la luz invade ésta y a su vez llega hasta la sala de estar. El fuerte sol de California ofrece luz más que suficiente para llenar ambas habitaciones. La construcción utiliza materiales baratos, inéditos en la construcción residencial, si se quiere indignos para el habitar, pero sacados de su contexto. Esto le otorga al edificio una condición misteriosa y experimental. «Mi casa no se podía construir en cualquier lugar, pero en California, debido a su clima, se podía hacer con un solo cristal. Y yo estaba experimentando con los materiales que se utilizan aquí. Tampoco es una técnica de construcción cara. Decidí usarlos para aprender el oficio, para tratar de averiguar cómo usar esos materiales, esa fuerza.” En toda la construcción lo viejo y lo nuevo se van maclando, haciendo que en la lectura final, no sea sencillo diferencias las diferentes historias de cada parte de la casa. Gehry ha creado un mundo en una casa existente, que desdibuja totalmente los límites y los roles de la planta original. En el fondo es un trabajo que se mueve en los límites difusos entre lo construido y lo de-construido. Tiene tanta importancia en...
Read Morere-OCUPAR el castillo de Astley. Un Proyecto de Witherford Watson Mann Architects. Astley es un lugar remoto con un rico pasado histórico: un castillo rodeado de agua, el lago, la iglesia y el fantasma de los jardines, se agrupan en torno a una ruina de sillería. Después de décadas de declive y la decadencia, el proyecto busca abrir esta finca privada para el acceso del público general. A través de una red de nuevos caminos y de rescatar las ruinas del castillo. Ladrillo Contemporáneo, hormigón armado y madera nueva, forman la nueva construcción, que se encuentra directamente con los muros de mampostería medieval. De alguna manera se vuelve a ocupar la antigua casa señorial, los salones Tudor y el ala jacobeoa se mantienen como espacios al aire libre. Los grandes cortes en las paredes de las ruinas se han conservado, por lo que es un castillo inusualmente lleno de luz. Desde la mesa del comedor, se mira hacia fuera el exterior, el interior es una construcción sin tiempo, formada por elementos del siglo XII y por construcciones del XXI, todo aglutinado en el interior de una muralla del siglo XVII. El diálogo a través de los siglos enmarca las conversaciones de los sentados alrededor de este espacio...
Read MoreA menudo se tiende a pensar que la modernidad, que la vanguardia está enfrentada a la tradición o a lo vernacular. Este razonamiento válido para casi cualquier disciplina de la vida cotidiana se ve amplificado en el campo de la arquitectura. En los entornos rurales de nuestro paisaje puede comprobarse con claridad esta mentalidad, en aras de la cual, se han levantado edificios o neo-caseríos que imitan en cartón piedra los rasgos estilísticos de los edificios tradicionales, pero que no son más que un mero falsete de la tipología original. Por lo general su adaptación al terreno es pésima, cuando ésta es precisamente una de las claves del caserio tradicional. Las laderas de los valles se aprovechaban para dar acceso a las cargas hacia la ganbara, mientras las personas o los animales accedían por la planta baja, mientras en la actualidad la modificación radical de la topografía es el punto de arranque de cualquier proyecto de este tipo. Es digno de comentar además, como las distribuciones de estos edificios con forma y decoración de caserio presentan espacios interiores que reproducen los apartamentos urbanos de cualquier ciudad, demostrando por lo tanto, que la falta de imaginación que ya se podía intuir en sus fachadas se recrudece en su interior. Una falta de imaginación de la que nunca adoleció el modelo original, ya que este, visto desde nuestro tiempo como una joya del pasado, fue un grito de modernidad y de vanguardia en su tiempo. Ninguna familia del siglo XVII hubiese aceptado vivir en una casa obsoleta o si se prefiere, no optimizada a su modo de vida. ¿Por que entonces en la actualidad se da esta paradoja? Por algún extraño mecanismo, se tiende a confundir el respeto al paisaje, a la tradición o a nuestros pueblos, con la copia adulterada y deslavazada del original, sin pararse a pensar que desde la actualidad pueden proponerse nuevas fórmulas, nuevos modelos o tecnologías que partiendo de los valores de la arquitectura tradicional los actualicen y adapten a un nuevo mundo y a unos nuevos modelos de vida. Nadie puede negar que la belleza de multitud de los núcleos rurales que adoramos, reside en la calidad de sus arquitecturas y en como éstas fueron dispuestas en el territorio, pero tampoco se podrá negar que las lógicas que gobernaron esas decisiones distan mucho de las que en la actualidad podrían tomarse como punto de partida. La coexistencia de ambos modelos es una necesidad y una obligación, pero tanto los ciudadanos como las administraciones que regulan los marcos legales deberían apostar por la modernidad. Una modernidad entendida como aquella capaz de proponer arquitecturas que den respuesta a cuestiones de nuestro tiempo, como son el medio ambiente, la economía, la energía o los nuevos modelos de unidad convivencial y que además ponga en valor y se muestre respetuosa con las claves que determinaron la belleza de estos entornos. Un buen ejemplo de un edificio que apuesta por esta convivencia de modelos, es el recientemente inaugurado y...
Read More«En el año 57-58 realizamos la Residencia de Miraflores, casi contemporánea al Pabellón. Este edificio lo hicimos en colaboración con Alejandro de la Sota, que siempre ha sido muy amigo nuestro. El propietario era Cristalería Española, de capitel francés. En aquel momento tenía un terreno en Miraflores de la Sierra y quería hacer una residencia de empleados. En mitad del monte, en la ladera, propusimos una infraestructura escalonada de hormigón y piedra ysobre ella, inclinada a un agua, una cubierta ligera. Esa era la idea, una cubierta ligera de uralita. Se accede por un porche lineal a una rampa escalonada que sube al edificio y baja a la casa de la directora. Este es el perfil, la casa de la directora, el porche de llegada, la rampa escalonada de subida a los dormitorios de los chicos, los comedores y los cuartos de estar. En una vista lateral se ven las terrazas a las cuales se abren los distintos cuartos de estar. Como se ha dicho anteriormente, el proyecto consistía en una cubierta formada por unas vigas de madera de Guinea, unas correas metálicas y unas tablas de madera como cielo raso. En algunos casos aparecía el Ondulite para la iluminación. Todos los edificios que hicimos en aquella época tenían una característica común; consistían en una idea básica, resuelta con materiales esenciales: la mayoría de los edificios actuales con la cantidad de materiales y decoradores, están maquillados. Este edificio no tiene maquillaje: es una cubierta y un suelo. No hay más materiales porque no los había. Hoy tal vez tenemos un excesivo maquillaje, excesivos materiales tanto en el interior como en el exterior. La cubierta se asienta en una infraestructura de hormigón y de piedra sobre el terreno.» José Antonio Corrales a propósito de la Residencia...
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