Construida como residencia personal de John Snyder, el director ejecutivo de la compañía siderúrgica dedicada a la automoción que había fabricado estructuras para Bertrand Goldberg, la Casa de Snyder fue diseñada utilizando elementos prefabricados de acero como los construidos para Goldberg. Las unidades prefabricadas, equipadas con baño completo, cocina, fontanería y climatización, fueron fabricadas en Chicago, y enviadas por ferrocarril, y luego por barco, para finalmente ser ensambladas en Long Island. Los elementos prefabricados se construyeron con acabados de madera de caoba natural, lo que dio al exterior un brillo espectacular. En el interior de la casa principal, aparece una enorme chimenea de piedra y solados de grandes lajas de piedra laja. Los materiales naturales proporcionan un contraste dramático con el exterior de cristal y acero que construye la sala de estar. El punto más destacado de la casa es un voladizo, que construido con los mismos elementos prefabricados, que sobresalía más allá del arenal de Long Island. La playa artificial se convirtió en zona de aterrizaje para aviones anfibios utilizados para transportar a los visitantes desde Nueva York y publicitar la espectacularidad de la «casa modelo», reproducible y vendible dado su caracter de prefabricación industrial.
Como estudiante de la Bauhaus en la década de 1930, Bertrand Goldberg descubrió las posibilidades de una relación creativa entre los procesos industriales y el diseño. La Casa de Snyder es una muestra evidente de esa creencia.