
Cuando Philip K. Dick tal vez el guionista y escritor más célebre del mundo de la ciencia ficción imaginó la ciudad futura de películas como Blade Runner o Minority Report, soñó con edificios cuyas fachadas se convertían en enormes pantallas tecnológicas que abordaban al peatón con anuncios, mensajes y contenidos cambiantes diversos, amplificando de forma exponencial el intercambio de información entre la masa edificada y el ciudadano.La constatación de que esa realidad futura es hoy posible, la obtenemos también del mundo cinematográfico, al contemplar la escena en la que unos decididos Scarlett Johansson y Bill Murray cruzan un abarrotado paso de cebra en el célebre barrio comercial de Tokyo durante Lost in Translation, mientras una manada de dinosaurios atraviesan al mismo ritmo que los viandantes la inmensa fachada del edificio comercial que dibuja la calle.Esta relación entre ciudad, calle, anuncio y arquitectura es evidentemente histórica. La fachada ha sido usada como soporte mediático a lo largo de la historia y mientras los templos egipcios narraban en sus fachadas las grandezas del faraón, toda la arquitectura religiosa desde el románico al gótico se ha apoyado en las portadas, capiteles o vidrieras para lanzar mensajes llenos de contenido explícito.
Tal vez el primer arquitecto en estudiar esta relación fue Robert Venturi, que la explicitó en Aprendiendo de las Vegas, uno de los libros más determinantes de la historia de la arquitectura, tanto por su contenido como por el inmenso debate que aún sigue provocando. No se trata de un libro sobre Las Vegas, sino de un libro sobre la simbología de la forma arquitectónica tomando como base dicha ciudad, caracterizada por el ruido expresivo generado por los miles de carteles reclamo que quieren captar al viandante y llevarle a las máquinas tragaperras del interior de los casinos.Este estudio de Venturi sobre el poder del simbolismo en la arquitectura, la iconografía y su extensión a la vida urbana en forma de anuncio, incluye todo un repertorio de imágenes visualmente críticas y sorprendentes, que han servido de punto de partida a las fachadas que a día de hoy se enfrentan al mundo digital.
Uno de los primeros proyectos en explorar las teorías de Venturi de forma decidida fue el de la fachada del Sandberg Institute de Amsterdam. Su diseñador Teun Castelein había visto cómo un diseñador de páginas web llamado Alex Tewn había saltado a la prensa al haber vendido cada pixel de la portada de su página web con fines publicitarios, generando con esto una especie de patchwork de anuncios con una estética única y cambiante. Así Castelein proyectó una fachada ,que por su cercanía a la autopista A10 de acceso a la capital holandesa era muy visible, como un inmenso patrón de 13.000 píxeles-loseta que a un precio de 20€ cada uno fueron inmediatamente alquilados por compañías como Ikea, Bloomberg o Vodafone.
De esta forma el diseño de la fachada hasta ese momento, siempre controlado por las reglas disciplinares de la arquitectura y en última instancia por el diseño del arquitecto, pasaba a estar controlado por la dinámica del mercado, convirtiendo ese gran mosaico de losetas en información cambiante al albur de las normas del comercio y la economía.
La llegada al mercado de tecnología digital más estable, barata y su integración en los sistemas de cerramiento de fachadas ha supuesto una nueva revolución en este ámbito, al permitir pasar de la inocencia de una fachada compuesta en definitiva por una sucesión de vallas publicitarias a las capacidades de transmisión de información de un televisor del tamaño de un edificio, en el que el salón doméstico de nuestro hogar es ahora la ciudad entera.

La fachada mediática se convierte de este modo en un soporte activo capaz de promover la interacción con la sociedad, las experiencias lúdicas y la transmisión de información, dirigida tanto a los visitantes del centro como a los vecinos del barrio y por lo tanto es capaz de asaltar al viandante como lo hacían los carteles que Philip K. Dick había ensoñado para Minority Report. Parece que al menos en las fachadas el futuro ya esta aquí.
Vaumm _ iñigo garcia odiaga _ publicado en MUGALARI 10.06.04