
Siguiendo el modelo de regeneración urbana de ciudades como Bilbao o Hamburgo, la búsqueda de un icono urbano que fuese el motor turístico y comercial del área se convirtió en un objetivo principal de los gestores urbanísticos de la ciudad. Dentro del calendario previsto para la regeneración urbana del área, se convocó un concurso internacional de arquitectura para concretar el proyecto del nuevo museo.Como resultado de este proceso la propuesta de Neutelings Riedijk Architects se impuso a más de 50 propuestas.
Si algo destaca en la obra de estos arquitectos holandeses es su capacidad para realizar edificios que sinteticen en su forma un mensaje claro y rotundo, una de las características principales de la arquitectura iconográfica. Son famosos los dibujos cercanos a una viñeta de comic en la que Neutelings solía esquematizar todo un proyecto, resumiendo en un mínimo logotipo toda la fuerza expresiva del edificio en cuestión. De alguna manera estos dibujos borran toda la complejidad del proyecto de arquitectura, bien sea funcional, constructiva o estructural para reducir el problema a un mundo escultórico e iconográfico de carácter monumental.
El edificio para el MAS, sigue de forma lineal esta forma de proyectar del estudio holandés. El edificio es un contenedor de la historia de la ciudad y toma como modelo la tipología de calle y depósito de los almacenes portuarios, para plantear una nueva solución de esta idea en un modelo vertical.
Así el museo Aan De Stroom se eleva formando una torre de 60 metros de altura. Una torre configurada por el apilamiento de diez grandes espacios cúbicos de piedra natural, destinados a ser espacios neutros para el depósito y exposición de la colección de arte. Cada una de estas piezas rota un cuarto de circunferencia respecto de la inferior, lo que genera un gran espacio entre las cajas, que corresponde a la calle de la tipología portuaria, que en este caso se transforma en vertical mediante amplias escaleras mecánicas que describen una espiral a lo largo de la torre. Este espacio en espiral se abre sobre la ciudad mediante un muro de vidrio corrugado generando de esta manera una galería pública que contrapone la historia antigua de la ciudad guardada en el museo contra las cubiertas y azoteas de la ciudad moderna de Amberes. Este transito vertical finaliza en la parte superior con la llegada restaurante cafetería y a una terraza panorámica que se abre sobre el puerto antiguo de la ciudad deslumbrando al visitante con las extraordinarias vistas.
Para ser rigurosos con el planteamiento inicial de cajas-deposito y calle-galería, Neutelings y Riedijk contraponen también a nivel constructivo estos dos elementos utilizando únicamente dos materiales, los vidrios curvos de enormes dimensiones para cerrar la galería y piedra roja de la india para revestir los cajones de exposición. Así las fachadas, techos, paredes y cubiertas de los depósitos han sido cubiertos con grandes bloques de piedra rojiza cortados a mano, generando la imagen de una gran bloque monumental esculpido. Los diferentes rojos de los bloques de piedra, se han distribuido basados en un patrón digital que refleja las vetas naturales de la cantera natural de las que fueron extraídos.
Las cortinas de vidrio ondulado con sus juegos de luces, reflejos y transparencias hablan de una ligereza y fragilidad que se contrapone a la gravedad y dureza de la escultura de piedra. Para suavizar el volumen de la monumental torre y establecer una relación conceptual con la ciudad se ha incorporado un patrón de ornamentos metálicos sobre la fachada. El diseñador Tom Hautekiet moldeó en metal un logotipo con forma de mano que es el símbolo de la ciudad de Amberes.
Estas manos brillan sobre la fachada generando una curiosa superposición, el icono de la ciudad sobre el nuevo icono de la zona portuaria. Solo falta decir valga la redundancia.
VAUMM _ iñigo garcía odiaga _ publicado en ZAZPIKA 22.05.2011