DENSIDAD HORIZONTAL

El Instituto de Diseño de Hong Kong se inauguró en Noviembre del 2010, únicamente 18 meses antes Thomas Codelfy e Isabel Van Haute recibían la noticia de que su propuesta de concurso había resultado seleccionada para albergar el nuevo equipamiento.

En el concurso se habían presentado 169 propuestas entre las que se encontraban proyectos firmados por Zaha Hadid, SANAA, Eric Owen Moss o Morphosis, es decir oficinas de arquitectura con una obra y una experiencia consolidada internacionalmente. Frente a este panorama Thomas Codelfy nacido en 1978 es con 33 años un arquitecto que se enfrentaba prácticamente a su primera obra, y su pequeña oficina de Lille en Francia al primer proyecto de más de 1000 metros cuadrados.
Al ser seleccionados junto con otros cinco equipos para la segunda fase del concurso Codelfy trasladó su oficina a Hong Kong, lo que le permitió colaborar con expertos chinos en la resolución del mayor inconveniente detectado por el jurado en su propuesta para la primera fase, el sistema estructural. Esta decisión le permitió elaborar un modelo estructural que se ha convertido en uno de los temas más interesantes del proyecto y resultar vencedor del concurso, haciendo de la debilidad virtud, algo que afirma ha aprendido del carácter asiático.
Con un ritmo frenético y una entrega total al proyecto, tras un año y medio de obras se puede visitar ya el edificio que ha supuesto a sus autores haber sido seleccionados dentro del grupo “40 under 40”, una selección anual de los mejores 40 arquitectos europeos menores de 40 años.




Comenzar una carrera profesional nunca es sencillo, pero hacerlo además encadenando tantos cambios y siguiendo el ritmo impuesto por un proyecto tan arriesgado cuenta mucho de sus autores, pero también del propio planteamiento del proyecto, en el que el gesto rápido, el riesgo y tal vez la falta de tiempo para reconsiderar las situaciones provocan una arquitectura sin complejos y con una rotundidad brutalista en la que parece que lo excelente es enemigo de lo bueno.
El edificio del Instituto de diseño de Hong Kong, el HKDI, cuenta con cerca de 30.000 metros cuadrados y un complejísimo programa funcional que va de lo comercial a lo educacional, con una gran carga de espacios de relación de carácter público. Precisamente es este punto el que permite formalizar un edificio en el que gran parte de su volumen se encuentra vacío.
El proyecto hace un gran esfuerzo por aumentar su relación con la calle , generando una gran plaza pública mediante la elevación del instituto de diseño sobre cuatro torres en las que se albergan oficinas, equipamientos comerciales y servicios. Esta plaza representa la interacción del edificio con el público, con la ciudad y sus visitantes. El Instituto de Diseño se conecta a este dispositivo mediante una espectacular escalera mecánica que cruza los más de 30 metros de desnivel mediante una línea diagonal que apoya su carácter escultórico dentro del recinto de la plaza.




La solución adoptada por Codelfy y Van Haute puede calificarse de audaz. La idea de albergar el HKDI en una plataforma suspendida otorga al edificio una presencia imponente y unitaria, a la que la solución estructural formalizada como un malla continua también aporta en gran medida. Es precisamente este carácter de alguna manera cercano a la monumentalidad, pero no a la de los grandes edificios clásicos, sino más bien a la de los edificios industriales como silos, enormes grúas portuarias o centrales energéticas lo que dota al edificio de una densidad muy importante.
A pesar de encontrarse rodeado de gigantes edificios residenciales, de torres de oficinas sin fin, en uno de los barrios más compactos de la ciudad de Hong Kong, el edificio mantiene su coherencia y se muestra como un equipamiento público abierto al público. Se defiende de su contexto no con una lucha por ser mayor, sino mediante su propia potencia formal y la fortaleza compositiva que tiene el gesto de colgar de cuatro torres una gran pieza horizontal. El edificio se carga de una densidad horizontal que se contrapone a la brutal densidad vertical de su entorno igual que la famosa instalación de Juan Navarro Baldeweg, en la que una pequeña pesa de una balanza se colocaba en la base de una enorme columna clásica, contraponiendo dos elementos tan dispares que parecen hablar desde una misma escala, desde una misma densidad.


VAUMM _ iñigo garcía odiaga _ publicado en Zazpika 2011.03.27

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

hola