
Una caso similar pero de motivación bien distinta es el de la ciudad de Oak Ridge en Estados Unidos. Oak Ridge nació en 1942 cuando Estados Unidos se apresuró a construir una bomba atómica antes de que lo hiciera la Alemania de Hitler. Dirigidos por el estudio SOM, en la actualidad uno de los mayores del mundo, los ingenieros del ejército levantaron en dos años una ciudad para 75.000 habitantes. El primer reactor nuclear de la historia fue construido en esta ciudad junto con varios complejos industriales, en el tiempo record de 30 meses. Muchas ciudades se han visto afectados por las guerras, pero Oak Ridge es una de las pocas ciudades que se han creado a causa de una guerra.
Para poder construir ha esta velocidad máxime durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los materiales de construcción eran escasos, la oficina de SOM, Skidmore, Owings y Merrill adaptó el sistema de paneles de cemesto para los diseños de unas 2.500 casas prefabricadas. Estos paneles robustos y ligeros, compuestos de un núcleo de fibra de caña de azúcar, tableros aislantes en ambos lados y forrados con asbesto y cemento, facilitaron la construcción de edificios con un lenguaje vanguardista y en sintonía con el movimiento moderno.

La ciudad secreta de Oak Ridge genero a sus habitantes una sensación similar a la del protagonista de la película el Show de Truman, en la que el personaje principal vive su vida cotidiana frente a las cámaras aún antes de nacer, aunque no es consciente de este hecho. En la era de Google, Facebook y las redes sociales cuesta imaginar cómo pudo ser posible la construcción de una ciudad secreta con una población engañada.
En la actualidad y al amparo de la ilusión de un mundo mejor, que poco tiene que ver con el mundo nuclear, la ecología es el magma que rodea estos proyectos.



Frente a una ausencia absoluta de agua, temperaturas veraniegas que rebasan los 55 grados y una economía basada en el petróleo, el estudio de Norman Foster ha diseñado una ciudad en la que el transporte público, los peatones y los ciclistas dominen el panorama urbano y en la que los ciudadanos no dependan más del automóvil.
Una central de energía fotovoltaica se construida en las afueras junto con un sistema de reciclaje de basura, proporcionará la energía eléctrica, mientras que un imposible, y sofisticado sistema de reciclaje de aguas grises ayudará a la viabilidad de una ciudad verde rodeada por el desierto.
Aunque pueda parecer que es la ecología la que guía este impulso verde, Abu Dabi persigue ser la pionera en el desarrollo de tecnologías medioambientales y energías renovables y de esta manera transformar su economía de la riqueza de los hidrocarburos a la riqueza de la tecnología sostenible.Para bien o para mal es curioso comprobar cómo al igual que Oak Ridge fue creada para mantener la hegemonía económica de Estados Unidos mediante la energía nuclear, Abu Dabi levanta Masdar para mantener su estatus tras la era del petróleo aprovechándose de la preocupación central actual, la ecología. Un mismo objetivo perseguido desde polos opuestos, esperemos que por lo menos lo ecológico obtenga mejores resultados que lo nuclear.
VAUMM _ iñigo garcía odiaga _ publicado en ZAZPIKA 19.06.2011