1ºPremio en el concurso de ideas de ascensor público urbano entre el barrio de Latsunbe Berri y la calle Urbieta. Hernani Hernani. Latsunbe Berri Auzoa eta Urbieta Kaleen arteko hiri igogailuaren ideia lehiaketaren 1.Saria ...
Read MoreLos frontones de la Ciudad Universitaria de México fueron construidos en 1952 según un proyecto de Alberto Arai. Este proyecto busca la expresividad de los volcanes que rodean el paisaje de su emplazamiento como un tema conceptual para su diseño. En ellos se utiliza la piedra volcánica de la zona, junto con una volumetría en forma de pirámide truncada que recuerda a la formación de las pirámides precolombinas originarias del...
Read MoreLa ciudad es uno de los paradigmas de la actividad humana, y probablemente es imposible definirla sin aludir a la intensidad de las relaciones, los intercambios y las conexiones entre los ciudadanos, que es capaz de generar. Desde un punto de vista espacial, toda la legislación y todas las normativas aluden únicamente a dos tipos de espacios, el espacio público y el espacio privado, pero ya abundan los textos que hablan de un tercer espacio, el espacio colectivo. Si el espacio privado es aquel que está definido porque su titularidad es privada y el público se define por su pertenencia a la colectividad, el espacio colectivo sería aquel que aún siendo privada su propiedad, el uso en el desarrollado es claramente público. Si pensamos mínimamente en esta categoría, los bares, los restaurantes, los comercios, cines, centros comerciales o incluso algunos museos pertenecen a esta categoría. Muchos teóricos como Jose Miguel Iribas, ya atribuyen a este espacio, el denominado espacio colectivo, el gran logro de mantener la calle activa, es decir la actividad urbana. Este concepto, difícil de cuantificar que a menudo es resumido con expresiones que aluden a la vida del lugar, se tornan vitales a la hora de proyectar la ciudad, su urbanismo e incluso sus edificios. Está ya demostrado que los espacios públicos requieren de estas actividades, de bares, comercios, cines u otros espacios colectivos para mantener la tensión urbana y generar actividad y por lo tanto capacidad para socializar e intercambiar y cumplir así con una de las definiciones de ciudad a la que aludíamos al principio. En este sentido la mezcla de usos se torna, no ya una opción, sino una necesidad, para aumentar la complejidad y por ende la actividad y la vida del entorno urbano. Un edificio que resume bien este nuevo modelo es el levantado por el arquitecto japonés Hiroshi Nakamura para el centro comercial Plaza Omotesando situado en uno de los cruces de caminos más concurridos del mundo en el distrito comercial de Harajuku, en Tokio. Esta zona de la capital nipona ofrece ya un alto grado de mestizaje, en una interesante combinación y superposición de los rituales tradicionales del antiguo imperio y de los delirios consumistas y tecnológicos del nuevo Japón. Puede resultar chocante e incluso difícil de creer que la avenida Omotesando, llena de grandes tiendas de marcas de lujo diseñadas por Kengo Kuma, Toyo Ito, Tadao Ando, MVRV o SANAA, sea al mismo tiempo el acceso procesional al templo sintoísta más antiguo y más grande de toda la ciudad. Esta mezcla es precisamente el punto de partida de la arquitectura de Nakamura, que reinterpreta la estética de las grandes cubiertas, a menudo el elemento más importante de los edificios tradicionales japoneses, para diseñar un edificio comercial donde la clave está en la devolución del espacio de la cubierta al ciudadano. La composición del edificio se divide claramente en dos partes, es ligero y transparente en la base, sólido y opaco en la parte superior. Las tiendas de la...
Read MoreEn el conjunto de la arquitectura moderna de Venezuela destaca el Helicoide, un edificio singular construido en la ciudad de Caracas, sobre una colina de la que adopta su forma piramidal. La arquitectura se convierte en una rampa helicoidal que se adapta a la topografía del terreno. puesto El llamado Helicoide de Caracas es un llamativo experimento de la modernidad, que desde la óptica actual es sin duda muy criticable. La obra fue proyectada por tres jóvenes arquitectos, Jorge Romero Gutiérrez, Pedro Neuberger y Dirk Bornhorst, pioneros de la herencia de Le Corbusier en Venezuela. El edificio está ubicado sobre, o si se prefiere rodeando la Roca Tarpeya, en la prolongación de las avenidas Fuerzas Armadas, Presidente Medina Angarita y Nueva Granada. En 1955 Jorge Romero Gutiérrez designó el espacio como el óptimo para edificar un imponente centro comercial, flanqueado por una vía rápida, siguiendo la tendencia urbanística de la época, que consistía en agrupar las diferentes actividades de la ciudad moderna en un conjunto arquitectónico. La localización de El Helicoide es la mejor posible desde el punto de vista del sistema de vialidad del área metropolitana de Caracas, ya que su ubicación determina un nudo viario crucial en las comunicaciones de la ciudad y del país. El Helicoide es una construcción geométrica triangular resultado de la forma piramidal de la colina que constituye su base. La edificación consiste en un vial helicoidal de doble espiral, cuyas rampas entrelazadas la envuelven a modo de aceras aéreas en una pendiente muy suave a lo largo de las cuales se localizan diversos espacios, cuyos módulos permiten la integración horizontal y vertical. La altura de las diferentes plantas es ajustada ya que viene determinada por la pendiente uniforme, del 2,5 % de promedio, que determinan las rampas al exterior. “Queríamos que fuera un centro comercial conocido en el mundo –dijo Dirk Bornhorst–, que los turistas vinieran a Venezuela y lo visitaran como una atracción más”. Se cuenta que el magnate Nelson Rockefeller quiso comprar el enorme complejo y cuando lo visitó Pablo Neruda afirmó que “es ésta una de las creaciones más exquisitas brotada de la mente de un arquitecto”. En plena efervescencia artística, dicen que Salvador Dalí llegó a ofrecer sus servicios para contribuir a su decoración vanguardista. En el acceso principal se proyecto una gasolinera, así como un túnel de lavado automático, taller mecánico y exposición y venta de vehículos, lo que viene a reforzar la unión del edificio con el tráfico automovilístico y con el urbanismo y el modelo de ciudad que este...
Read MorePruitt-Igoe fue un gran proyecto urbanístico desarrollado entre 1954 y 1955 en la ciudad estadounidense de San Luis, Missouri. En 1950, la ciudad encargó a la empresa Leinweber, Yamasaki & Hellmuth diseñar Pruitt-Igoe, un nuevo complejo urbanístico que debía su nombre a Wendell O. Pruitt, un piloto afroamericano natural de San Luis que luchó en la Segunda Guerra Mundial, y William L. Igoe, antiguo congresista estadounidense. La ciudad planificó dos divisiones: los hogares del capitán W. O. Pruitt para los residentes negros, y los apartamentos William L. Igoe para los blancos. Anteriormente a la construcción del complejo, el terreno era conocido como el barrio De Soto-Carr, un gueto de la comunidad negra de extrema pobreza. El complejo urbanístico Pruitt-Igoe estaba compuesto de 33 edificios de once plantas cada uno situados cerca del norte de San Luis, Missouri. El proyecto fue diseñado por el arquitecto Minoru Yamasaki, quien más tarde diseñaría el World Trade Center de Nueva York. Este fue el primer gran trabajo de Yamasaki, realizado bajo la supervisión y las restricciones impuestas por la Autoridad Federal de Vivienda Pública (PHA, Public Housing Authority). La propuesta inicial consistía en una mezcla de edificios de gran altura, mediana y baja. Fue aceptado por las autoridades de San Luis, pero sobrepasaba los límites presupuestarios federales impuestos por la PHA. La agencia intervino e impuso un edificio uniforme de once plantas. La escasez de materiales provocadas por la Guerra de Corea y las tensiones en el Congreso hicieron más estrictos los controles de la PHA. En 1951, Architectural Forum alabó la propuesta original de Yamasaki y la calificó como «el mejor apartamento de gran altura» del año. La densidad total fue fijada en un nivel moderado de 50 unidades por acre, de acuerdo con los principios de planificación de Le Corbusier y el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna, los edificios fueron organizados en once plantas en un intento de destinar los jardines y la planta baja para zonas comunes. Finalizado en 1955, Pruitt-Igoe contenía 33 edificios de once plantas cada uno en un área de 23 hectáreas. El complejo albergaba 2.870 apartamentos, convirtiéndose en uno de los más grandes de los Estados Unidos. Los apartamentos eran extremadamente pequeños, con reducidos accesorios de cocina. Los ascensores skip-stop sólo paraban en la primera, cuarta, séptima y décima planta, obligando a los vecinos a utilizar las escaleras en un intento de descongestionar el uso del ascensor. Las plantas bajas fueron equipadas con grandes corredores, lavanderías, salas comunes y conductos de basura. Pese a los recortes iniciales del gobierno federal, el coste final de Pruitt-Igoe se elevó a 36 millones de dólares, un 60% por encima de la media nacional en vivienda pública en ese momento. Los conservadores atribuyeron el exceso de coste a los salarios inflados de los trabajadores por la influencia de los sindicatos, y a la innecesaria instalación de un costoso sistema de calefacción; estos sobrecostes provocaron una serie de recortes arbitrarios en otras partes fundamentales de los edificios. No obstante, Pruitt-Igoe tuvo,...
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