Posts Tagged "arquitectura"

Dar la cara

Dar la cara

Ene 27, 2016

Nuestra cultura y lenguaje nos lleva a menudo a exponernos al riesgo de llegar a conclusiones superficiales, basadas precisamente en informaciones tomadas de la epidermis de las cosas. El consumo de imágenes rápido y veloz menosprecia la búsqueda de una verdad interior. La “buena facha” es según el diccionario aquella que define el buen aspecto o manera de mostrarse a la vista. En el caso de la arquitectura su rostro está definido por la fachada. El rostro, la apariencia facial es en el ser humano un elemento esencial de la identidad. Si la cara es el espejo del alma, la facha dada a la construcción es capaz como en esta gran roca de las ruinas de Nebatea en Mada´in Saleh en Arabia Saudi, de transformar la naturaleza en arquitectura. Luego será el ojo crítico el que en lugar de detenerse en el atractivo directo y sensual del color, la textura o el material, profundizará para valorar las formas y los espacios que encierran las superficies y analizarlos a través de lo que revela su estructura interna. En la arquitectura, al igual que en los organismos vivos la piel se lee, bien por afirmación o bien por negación, como un reflejo de las estructuras internas del cuerpo. Los tejidos de la cara expresan las emociones del individuo, por la acción de los huesos, músculos y la mímica, al igual que la fachada se modula por la apertura de los huecos, las juntas de sus materiales y por el reflejo de los rastros de sus soportes internos. Y aunque la superficie de la arquitectura se presente como un velo suelto, siempre se requerirá de una leve estructura que lo ciña y relacione con la faz que recubre, obligando a la arquitectura en última instancia a dar la...

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Dejar huella

Dejar huella

Ene 19, 2016

Es evidente que lo construido marca el lugar, lo acota y define, por lo que su rastro es plausible y permanente en el tiempo, la masa de lo edificado puede ser incluso palpada. No es una huella, no es el vestigio que alguien o algo ha dejado allí, sino la presencia duradera de lo construido. Pero además la arquitectura también deja huellas allí por donde pasa, al igual que lo hace el pie al caminar por el territorio. Una huella anuncia, da pistas de la ausencia de una presencia, y esa presencia ausente es el vacío. Al entrar en la Piazza de Jacopo Della Quercia de Siena el visitante atento tendrá una sensación extraña, contradictoria. Llamativamente a pesar de encontrarse en un exterior, ciertos detalles y rastros le indicarán la existencia de un antiguo interior. Como si el espacio urbano se hubiese vuelto reversible y se le hubiese dado la vuelta como un calcetín. En el suelo de la plaza permanecen en piedra blanca los arranques cruciformes de unos pilares. Las fachadas de las edificaciones que conforman la plaza han absorbido columnas y arcos que parecen los vestigios de una gran construcción que no encaja con la escala actual de lo allí erigido. Ese vacío urbano es el legado de una arquitectura fallida, de la ampliación interrumpida de la catedral de Siena, debido a la peste negra que paralizó la ciudad en 1348. La nave actual iba a convertirse en el crucero de un templo tres veces mayor, en la que la Piazza de Jacopo Della Quercia sería la futura nave central. Las huellas están ahí para quien quiera verlas, al igual que lo están en la plaza del Seagram Building en el 375 de Park Avenue. Mies van der Rohe retranqueó la torre, dando una lección y una oportunidad al urbanismo de New York. A cambio de incentivos para los promotores en la zonificación urbana, se creó esta plaza que construye un espacio público en propiedad privada. Allí están los trazos de esta decisión, incrustadas en la acera unas placas de bronce delinean los límites de la propiedad. Son las huellas de un vacío proyectado por Mies, son las pistas para aquellos que quieran seguir el rastro de la...

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Ensamblar

Ensamblar

Ene 13, 2016

Ensamblar es por definición la acción de unir piezas o partes, e implica la irrenunciable aparición de una junta. Con frecuencia es la expresividad de la junta la que hace legible y comprensible la arquitectura, pues es allí donde han quedado registrados los datos en los que se fundamenta la construcción. Para el ojo del constructor experimentado es en la junta donde se entiende el carácter de cada pieza y la relación entre las partes. Es allí donde éstas se complementan, subordinan o incluso se oponen, porque en realidad hay juntas para todos los gustos. Antes los edificios se construían; se formaba una pieza, una masa única. Hoy a menudo se ensamblan. Frente a trabajar y terminar los materiales in situ, la arquitectura del montaje implica la necesidad de componentes preformados en taller que en obra son colocados y ajustados, pero con nula transformación de la pieza en el lugar. Este sistema constructivo, genera por tanto un mundo de juntas, un mapa que muestra a base de pequeñas cicatrices cómo las piezas se unen conformando poco a poco un todo que resuelve la arquitectura. Pero juntas las hay de muchos tipos, soldadas como las de un barco que no deben tener ni un poro para ser así impermeables, o las hay como las de Carlo Scarpa, que son juntas de separación y no de unión. Las diferentes fases de construcción quedan expuestas mediante cortes. Las escaleras nuevas flotan por encima de los viejos suelos, mostrando que no pertenecen a aquel mundo anterior y que en cualquier momento pueden ser retiradas sin alterar el original. Los pasamanos de las barandillas se acercan sin tocarse, separados por exquisitas piezas metálicas, narrando en cada junta el proceso de la construcción. Y es que para Carlo Scarpa la junta es un adorno arquitectónico en el que reconocer el proceso que se ha seguido para ensamblar la...

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la forma deformada

la forma deformada

Feb 23, 2015

En un primer vistazo algo no encaja, pero por contra, el conjunto irradia un magnetismo atrayente. Jean Prouvé construyó junto a Charlotte Perriand este prototipo para el Salón de Artes Domésticas frente al Grand Palais de París. Tiempo después fue desmantelado, pero aún se conservan algunas imágenes y esquemas. Diseñada para trabajadores del petróleo radicados en el Sahara. La Maison Saharienne de 1938, podría resumirse como una gran cubierta, que cubría dos cabinas, una para dormir y otra para vivir. La cubierta parasol parece apoyarse en unos leves pilares, pero son demasiado livianos para soportar compresión alguna, ademas de presentarse en ángulos, que desde luego no parecen responder a la gravedad. Eso es lo que no encaja. La lámina de la cubierta parece describir una curva aleatoria, banal, pero lo cierto es que describe su propia deformada. Apoyada únicamente en las vigas centrales, la cubierta se flecha hasta alcanzar el equilibrio que su propia deformación establece, así que Prouvé introduce esos pilarillos laterales a modo de estabilizadores, de tensores o fijaciones, que con el mínimo esfuerzo posible se oponen al viento, que quiere sacar la lámina de la cubierta de su monótona estabilidad. Al fin y al cabo, Prouvé y Perriand únicamente reinterpretaron el lenguaje oculto de la forma de las jaimas tradicionales del Sahara....

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entre medianeras

entre medianeras

Ago 8, 2014

Uno de los primeros ejemplos de la resaca dejada por Mies van der Rohe en la ciudad de Nueva York es la Rockefeller Guest House, obra de Philip Johnson, construida en 1950. Diseñada para Blanchette Rockefeller Hooker, la casa fue elogiada en su momento por la crítica, dada su sencillez y sobriedad. La casa fue concebida principalmente, como un lugar para las reuniones sociales, y como una galería de arte moderno para mostrar la colección de sus propietarios. Su diseño se basa en gran medida en los bocetos de Mies para los edificios del campus del IIT. Diseñado en un momento en que Johnson estaba diseñando principalmente residencias privadas, la casa de huéspedes utiliza no sólo el vocabulario arquitectónico de moda  del momento, sino también las proporciones que iba a utilizar en futuras residencias como la Hodgenson House o la Oneto House, ambas con puertas de entrada y ventanas idénticas a la fachada y a los huecos que Johnson utiliza para encerrar el pequeño patio en el Rockefeller Guest House. A finales de 1940 y principios de 1950, Johnson había construido sólo estructuras de un solo piso, y por lo tanto cuando se enfrentan con el dilema de cómo diseñar una fachada con una segunda planta, reconvierte los bocetos Mies van der Rohe, y plantea un segundo piso casi enteramente de vidrio. La relación entre este diseño y el de la Casa Wiley es evidente, si se considera que ambos tienen un zócalo de piedra o ladrillo rematado con un segundo nivel de vidrio. Esta división entre los pisos también permite la separación de las funciones públicas y privadas. La casa se resume como una habitación amplia. El espacio de la sala de estar cuenta con paredes de ladrillo blanco y con luminarias diseñadas por Johnson. El patio que divide el dormitorio del salón principal, sirve como espacio de desahogo de la planta y ayuda a complementar la sencillez del esquema construido entre medianeras.  ...

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